El gobierno de Italia no entiende. Y lo ha vuelto a demostrar. Al secretario de Estado de Familia italiano no le ha gustado que un anuncio de Ikea muestre a una pareja gay. No sólo no le ha gustado, sino que además le ha parecido “grave y de mal gusto” que dos hombres aparezcan de la mano en una fotografía bajo el eslogan “abiertos a todas las familias”. Y no contento con eso, Carlo Giovanardi, que así se llama, ha asegurado que llamar familia a una pareja de hombres se opone frontalmente nada más y nada menos que a la Constitución italiana. Las declaraciones del secretario de Estado de Familia del Gobierno de Berlusconi no suponen ninguna novedad, pero son una demostración más de la misma homofobia que en su momento le llevo a decir que la adopción por parte de matrimonios homosexuales favorece el tráfico de niños.
Sorprende que Giovanardi esté tan preocupado por cuestiones como el anuncio de una cadena de tiendas de decoración, cuando por ejemplo, el primer ministro del Gobierno al que pertenece está imputado por un supuesto delito de pagar a una menor para mantener con ella relaciones sexuales, sin embargo, en el Ejecutivo italiano parecen alarmar más los avances en materias de derechos LGBT que las andanzas de il Cavaliere. Recientemente, el propio Berlusconi aseguró que mientras su partido esté en el Gobierno las parejas del mismo sexo nunca se equipararán con las familias tradicionales. El primer ministro italiano cerró también la puerta a la adopción por parte de parejas homosexuales e incluso por parte de solteros, para evitar cualquier riesgo. Pero éstas no son, sin embargo, sus palabras más polémicas sobre la homosexualidad. Hace unos meses, en pleno escándalo por sus relaciones con menores, Berlusconi con su mal gusto habitual aseguraba que es “mejor ser apasionado por las chicas guapas que ser homosexual”.
En Italia, las uniones entre personas del mismo sexo no tienen ningún tipo de reconocimiento legal. En su momento, el anterior Gobierno de izquierdas, encabezado por Romano Prodi intentó crear el llamado “contrato de unión solidaria”, una especie de ley de parejas de hecho que, sin embargo, no pudo ser aprobada antes de la llegada de Berlusconi al poder. El Vaticano sigue teniendo una gran influencia en la política italiana y presiona con frecuencia a los poderes públicos para evitar avances en esta materia.
Al Gobierno italiano y a otros muchos les vendría muy bien echar un vistazo a los resultados de un estudio que conocimos la semana pasada. Según la Universidad de Columbia, los suicidios de adolescentes homosexuales son más frecuentes en zonas de mentalidad conservadora y en las que no existen políticas de apoyo al colectivo gay. Según el autor del estudio, Mark Hatzenbuehler, la posición política de la mayoría de la población incrementa hasta en un 20% la posibilidad de que gais y lesbianas adolescentes intenten suicidarse, además de aumentar los casos de depresiones y acoso escolar. Es posible que esas conclusiones puedan extrapolarse al conjunto de la población. En ese caso, no resulta extraño que una diputada italiana lesbiana haya sido insultada y amenazada hace unos días cuando paseaba con su pareja por Roma. Por suerte, en nuestro país, a diferencia de lo que ocurre en Italia, las parejas homosexuales están plenamente reconocidas. Un cambio legal, que está teniendo también su reflejo en el comportamiento social.
1 comentarios:
Creo que Rajoy asegura que si gana las elecciones derogará la ley que permite el matrimonio entre parejas del mismo sexo. Triste futuro nos espera.
Un abrazo.
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