¿CONTARLO PRIMERO? Con el tiempo, comienzas a sentir la necesidad de contar ese secreto que te ha acompañado durante tanto tiempo, el deseo de liberarte de esa carga. Normalmente la primera persona a la que elegimos para contárselo es a alguien con quien tenemos mucha confianza, sabemos que va a reaccionar bien, nos va a guardar el secreto, nos va a comprender y no es extremadamente importante para nosotros (por eso, no suele ser muy recomendable que sean los padres las primeras personas en saberlo, por si la reacción es negativa poder contar con alguien en quien apoyarnos). Sólo debes contarlo cuando estés realmente preparado y seguro de ti mismo/a. Que nada de lo que te digan te haga dudar sobre quién eres y sobre lo que sientes. Si la reacción de esa persona es mala, no te preocupes ni te enfades con ella, seguramente necesita pasar por un proceso de aceptación de tu homosexualidad como el que has pasado tú ya. LAS PRIMERAS RELACIONES... Las primeras experiencias no tienen por qué ser extraordinarias, ni cubrir todas las expectativas, porque se va aprendiendo a disfrutar y a vivirlo bien con el tiempo. A veces los nervios, el ser inexperto, la inseguridad, pueden hacer que esa primera experiencia no sea tan positiva como se esperaba, pero no por eso hay que pensar que no se sea gai o lesbiana o bisexual o heterosexual, sino que la próxima vez podrá ir mejor. Y sobre todo es importante recordar que hay que protegerse siempre, frente a infecciones de transmisión sexual, mediante el uso de preservativos; que no hay que hacer nada que uno no esté seguro de que le va a gustar, porque el otro lo quiera. Es mejor un NO a tiempo, que luego arrepentirse de haber hecho algo que cree inseguridad, culpa, dolor o incluso miedo, respecto al sexo. Cuidado con utilizar el alcohol u otras drogas como vía para dar el paso y atreverse con el sexo. Hacer eso puede llevarnos a no disfrutar de la relación sexual o hacerlo sin protección. ALGUNOS MIEDOS QUE TENGO... A la hora de manifestarnos como homosexual o bisexual son muchos los miedos que nos invaden: Miedo a ser rechazados por los demás, a que se rían de nosotros, a que ya no nos vean igual que antes. Muchas veces esos miedos son infundados, luego una vez que lo decimos casi nunca ocurre lo que hemos imaginado. En otras ocasiones, el miedo surge porque tenemos una imagen de las personas homosexuales muy negativa, muy cargada de estereotipos. No queremos ser como algunos homosexuales que conocemos o que se nos atribuyan algunas de las opiniones que se tienen sobre los gais, lesbianas o bisexuales. Por ello, es importante demostrar que los homosexuales somos tan diversos como los heterosexuales, y por ello es tan importante hacerse visible. Si no te gusta los referentes de homosexualidad que existen, ¡Sé tu uno de ellos y haz que cámbien! También algunos jóvenes homosexuales piensan que les va a ser muy difícil tener una pareja o que van a renunciar a tener una familia. Eso no es así, hay muchos jóvenes homosexuales que quieren pasar su futuro en pareja y casarse y adoptar niños ahora que las leyes lo permiten. El ser gai o lesbiana no es solamente que quieras acostarte con personas de tu mismo sexo, sino también que quieres amar y tener un proyecto de vida en común con algunos de ellos. Del mismo modo, nos puede dar miedo decir que somos bisexuales por si somos calificados como promiscuos o viciosos. La gente tiende a pensar que, por el hecho de ser bisexual, nos gustan todas las personas cuando no es así: Algunos/as nos gustarán y otros no. Igual que no tenemos porque mantener más número de relaciones sexuales ni sentir la necesidad de estar con un chico y una chica a la vez porque sino nos va a faltar algo. |
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