Durante dos días Tenerife ha acogido la I Conferencia de Derechos Humanos para las personas LGTB en África, organizada por Fundación Triángulo Canarias. Más de 150 asistentes y compromisos tangibles entre la cooperación española y las organizaciones LGTB de África son la prueba del éxito de la convocatoria.
Activistas e instituciones de Cabo Verde, Kenia, Uganda y Camerún se han dado cita junto a cooperantes españoles, administraciones públicas y organizaciones no gubernamentales. Los activistas africanos venidos hasta Tenerife han expuesto cómo se encuentran en estos momentos sus respectivas legislaciones nacionales y la situación de respeto de los derechos humanos hacia la población LGTB.
La directora del Instituto cabo-verdiano para a Igualdade e Equidade do Género, Cláudia Rodriguez, afirmó que en su país se está preparado para empezar avanzar en los derechos LGTB y pidió a la cooperación internacional y la organizaciones LGTB de occidente que “capaciten a activistas y fortalezcan entidades de defensa de la homo-afectividad de Cabo Verde”. Esta isla africana, situada enfrente de las costas de Senegal, es una democracia consolidada y firmante de la Declaración de los Derechos Humanos. Sobre la realidad de Kenia habló Lourence Misedah, activista gay en su país. Lourence narró las persecuciones policiales, humillaciones públicas y la discriminación que ejerce el Estado, los medios de comunicación y la sociedad civil en Kenia sobre homosexuales y transexuales.
Kasha Nabagesera, mujer lesbiana y activista ugandesa, relató haber sido violada “por hombres que me esperaban para enseñarme cómo ser mujer” en repetidas ocasiones. La clandestinidad, la falta de apoyo, “incluso dentro de los colectivos de mujeres”, y el temor a que Uganda endurezca la legislación y apruebe la pena de muerte para homosexuales y transexuales conviven junto al compromiso de “muchas mujeres y hombres ugandesas por hacer de mi país un lugar habitable”.
Kasha explicó que las legislaciones contra lesbianas, gays, bisexuales y transexuales en África son en buena medida importadas, que las relaciones homosexuales eran aceptadas en muchas tribus, y que fue la llegada de los misioneros y el cristianismo los que trajeron la homofobia. Alice Nkon, de Camerún, es abogada y preside la asociación para la defensa de presos homosexuales. Actualmente hay 35 presos homosexuales en cárceles camerunesas. Los presos LGTB no pueden decir a los otros encarcelados el motivo de su encerramiento, de lo contrario, “serían violados, golpeados y estigmatizados”. Alice ejemplifica esto con el cliente nº 11, que fue violado e infectado de VIH y dejado morir en la cárcel, lo que se convierte en un grave riesgo para la prisión, ya que el VIH se queda dentro y sigue corriendo.
La directora del Instituto cabo-verdiano para a Igualdade e Equidade do Género, Cláudia Rodriguez, afirmó que en su país se está preparado para empezar avanzar en los derechos LGTB y pidió a la cooperación internacional y la organizaciones LGTB de occidente que “capaciten a activistas y fortalezcan entidades de defensa de la homo-afectividad de Cabo Verde”. Esta isla africana, situada enfrente de las costas de Senegal, es una democracia consolidada y firmante de la Declaración de los Derechos Humanos. Sobre la realidad de Kenia habló Lourence Misedah, activista gay en su país. Lourence narró las persecuciones policiales, humillaciones públicas y la discriminación que ejerce el Estado, los medios de comunicación y la sociedad civil en Kenia sobre homosexuales y transexuales.
Kasha Nabagesera, mujer lesbiana y activista ugandesa, relató haber sido violada “por hombres que me esperaban para enseñarme cómo ser mujer” en repetidas ocasiones. La clandestinidad, la falta de apoyo, “incluso dentro de los colectivos de mujeres”, y el temor a que Uganda endurezca la legislación y apruebe la pena de muerte para homosexuales y transexuales conviven junto al compromiso de “muchas mujeres y hombres ugandesas por hacer de mi país un lugar habitable”.
Kasha explicó que las legislaciones contra lesbianas, gays, bisexuales y transexuales en África son en buena medida importadas, que las relaciones homosexuales eran aceptadas en muchas tribus, y que fue la llegada de los misioneros y el cristianismo los que trajeron la homofobia. Alice Nkon, de Camerún, es abogada y preside la asociación para la defensa de presos homosexuales. Actualmente hay 35 presos homosexuales en cárceles camerunesas. Los presos LGTB no pueden decir a los otros encarcelados el motivo de su encerramiento, de lo contrario, “serían violados, golpeados y estigmatizados”. Alice ejemplifica esto con el cliente nº 11, que fue violado e infectado de VIH y dejado morir en la cárcel, lo que se convierte en un grave riesgo para la prisión, ya que el VIH se queda dentro y sigue corriendo.
Representantes de instituciones españolas, de ONG y activistas de España y África han evidenciado la necesidad de que la cooperación internacional recoja la variable de identidad de género y orientación sexual así como se viene haciendo con la cuestión de género. Crear redes locales, y apoyar económica, financiera y emocionalmente a las organizaciones de África es otro de los compromisos arrancados en este primer foro de políticas LGTB con África. Alfredo Pazmiño, presidente de Fundación Triángulo Canarias, anunció para el año próximo el II Foro África-España para dialogar y mejorar la situación de las personas LGTB en el continente negro.
Crónica exclusiva para dosmanzanas
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